Detectan un raro objeto interestelar atravesando el Sistema Solar a toda velocidad

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PARÍS.- Un objeto proveniente de fuera del Sistema Solar fue detectado cruzándolo a toda velocidad, lo que constituye el tercer elemento interestelar jamás observado por la humanidad, según confirmaron los astrónomos. No se prevé que represente un riesgo de impacto para la Tierra.

El objeto, posiblemente el más voluminoso que se haya visto, fue bautizado como 3I/Atlas y clasificado como cometa por el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional (UAI). Su aspecto “sugiere que está compuesto principalmente de hielo en lugar de roca”, explicó a la agencia AFP Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.

Según el responsable de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA), Richard Moissl, no hay riesgo de que colisione con la Tierra. “Volará profundamente en el Sistema Solar, simplemente pasando en la órbita de Marte”, a una velocidad estimada de hasta 60 kilómetros por segundo, es decir, más de 200.000 km por hora, declaró Moissl. Actualmente se encuentra justo dentro de la órbita de Júpiter.

Primera imagen de A11pl3Z NASA – NASA

A diferencia de los dos objetos descubiertos anteriormente, A11pl3Z sigue una órbita especialmente extrema: su trayectoria hiperbólica indica que, tras atravesar el Sistema Solar, continuará su camino hacia el espacio interestelar sin volver jamás. Asimismo, Moissl dijo que su trayectoria indica “que no está en órbita alrededor del Sol, sino que proviene del espacio interestelar y regresará allí”.

El objeto fue detectado el martes por un observatorio chileno como parte del proyecto ATLAS de monitoreo de asteroides, financiado por la agencia espacial estadounidense NASA, escribió el astrónomo norteamericano David Rankin en la red social Bluesky. Astrónomos profesionales y aficionados de todo el mundo buscaron posteriormente los datos registrados por los telescopios para reconstruir su trayectoria desde el 14 de junio.

El tamaño del objeto fue calculado en 10 a 20 kilómetros de diámetro, pero podría ser menor si está compuesto por hielo, que refleja más la luz. “Se va a hacer cada vez más brillante y se acercará al Sol hasta finales de octubre, y será aún observable [con telescopio] hasta el próximo año”, sostuvo Moissl.

Se trata del tercer objeto interestelar detectado por la humanidad, según confirmaron los astrónomos la noche del miércoles.

El primero, llamado Oumuamua, fue detectado en 2017, y el segundo, 2I/Borisov, en 2019. Oumuamua, de aspecto rocoso y con forma de cigarro, era un objeto tan extraño que al menos un científico destacado llegó a convencerse de que se trataba de una nave alienígena, aunque investigaciones posteriores desmintieron esta hipótesis.

Parte de estos hallazgos se debe al aumento progresivo de las observaciones astronómicas y a los avances tecnológicos que han mejorado notablemente la capacidad para explorar el cielo, según indicaron los especialistas del Centro de Planetas Menores.

No hay razón para sospechar un origen artificial en el caso de 3I/Atlas, pero equipos de todo el mundo están trabajando rápidamente para responder preguntas clave sobre su forma, composición y rotación.

Mark Norris, astrónomo de la Universidad de Central Lancashire, en Gran Bretaña, dijo a la agencia AFP que el nuevo objeto parece “moverse considerablemente más rápido que los otros dos objetos extrasolares que descubrimos anteriormente”. Actualmente, el objeto se encuentra aproximadamente a la misma distancia que Júpiter de la Tierra, según Norris.

Norris mencionó modelos que estiman que podría haber hasta 10.000 objetos interestelares vagando por el Sistema Solar en un momento dado, aunque la mayoría serían más pequeños que el objeto recién descubierto.

Si esto es cierto, el nuevo Observatorio Vera C. Rubin en Chile podría comenzar a detectar estos tenues visitantes interestelares cada mes, dijo Norris.

Moissl señaló que no es factible enviar una misión espacial para interceptar el nuevo objeto. Aun así, estos visitantes ofrecen a los científicos una inusual oportunidad para estudiar algo fuera de nuestro Sistema Solar. Por ejemplo, si detectáramos precursores de vida como aminoácidos en uno de estos objetos, eso reforzaría “nuestra confianza de que las condiciones para la vida existen en otros sistemas estelares”, comentó Norris.

Agencia AFP y diario The Washington Post