NUEVA YORK.- Tras doce días de intensos enfrentamientos —que incluyeron bombardeos israelíes y estadounidenses sobre instalaciones nucleares en Irán y una represalia iraní con misiles contra una base estadounidense en Qatar—, el presidente Donald Trump anunció el lunes por la noche un alto el fuego entre Irán e Israel.
El anuncio, que tomó por sorpresa incluso a altos funcionarios de la Casa Blanca, marcó una pausa en el conflicto más destructivo entre ambos países en décadas, pero dejó abiertas numerosas incógnitas sobre su implementación, los daños reales y lo que podría suceder a continuación.
Trump comunicó el acuerdo desde su red Truth Social, donde aseguró que había logrado un “completo y total alto el fuego” entre Irán e Israel. Detalló que el proceso comenzaría en etapas unas seis horas más tarde y que, de cumplirse, “la guerra se consideraría terminada”. En su mensaje, subrayó: “¡POR FAVOR, NO LO VIOLEN!”, en un llamado explícito a ambas partes.
El cronograma propuesto por Trump contemplaba que Irán detuviera primero sus operaciones militares, a las 4 hora local (1.30 GMT), e Israel hiciera lo propio doce horas más tarde. El mandatario indicó que al cabo de 24 horas, el fin formal del conflicto sería reconocido internacionalmente. Presentó la tregua como una iniciativa diplomática directa, a solo dos días de haber involucrado a Estados Unidos en la guerra con bombardeos contra tres instalaciones nucleares iraníes, incluido el centro subterráneo de Fordo.
La primera confirmación oficial del alto el fuego por parte de Irán llegó en la televisión estatal, que anunció la entrada en vigor a las 7.30 hora local. A su vez, el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, emitió un comunicado poco después en el que aceptaba formalmente la propuesta estadounidense de una “tregua bilateral” con Irán. Israel aseguró haber alcanzado “todos los objetivos” de la ofensiva iniciada el 13 de junio y afirmó haber eliminado “una doble amenaza existencial inmediata: nuclear y balística”.
No obstante, Israel advirtió que respondería “con fuerza” a cualquier violación del acuerdo.
La tregua comenzó en un contexto de tensión y desconfianza mutua. Israel denunció que misiles iraníes lanzados poco antes de la entrada en vigor del alto el fuego mataron a cuatro personas, mientras que Irán acusó a Israel de continuar con ataques tras el inicio del acuerdo.
El ejército iraní negó haber lanzado misiles contra Israel, según informó la prensa estatal. Sin embargo, las explosiones se escucharon y las sirenas sonaron en varias localidades del norte israelí a media mañana. Un funcionario militar israelí confirmó que dos misiles iraníes fueron interceptados.
Antes de partir hacia una cumbre de la OTAN, el presidente Trump declaró a la prensa en la Casa Blanca que, a su juicio, ambas partes habían violado el frágil acuerdo de alto el fuego. Sus críticas fueron especialmente duras contra Israel, su aliado cercano, mientras sugería que los disparos iraníes podrían haber sido accidentales.
No obstante, más tarde Trump afirmó que el acuerdo se mantenía intacto.
“ISRAEL no atacará a Irán. Todos los aviones darán la vuelta y regresarán a casa, mientras hacen un amistoso ‘saludo’ a Irán. Nadie resultará herido. ¡El alto el fuego está en vigor!”, insistió en un mensaje publicado en Truth Social.
Horas después, la oficina de Netanyahu confirmó que Israel decidió abstenerse de lanzar un ataque de mayor envergadura contra Irán tras una conversación con Trump.
El presidente estadounidense asumió un rol central en la ofensiva y la desescalada. Durante el fin de semana ordenó ataques contra tres instalaciones nucleares en Irán —incluido el complejo subterráneo de Fordo—, en apoyo a la operación israelí. Luego, exigió contención a su aliado y se mostró decidido a evitar una escalada regional. “Tengo que lograr que Israel se calme… no quiero un cambio de régimen en Irán, quiero que todo se tranquilice”, matizó desde el Air Force One.
Funcionarios estadounidenses aseguran que las bombas y misiles lanzados causaron daños severos a las instalaciones nucleares iraníes. Sin embargo, aún se desconoce con certeza el alcance de esos daños, especialmente en Fordo, la planta donde Irán enriquece uranio.
Aunque el ejército había estimado que bastarían dos bombas antibúnker para destruir el sitio, finalmente utilizó una docena. Es probable que las autoridades no puedan confirmar el estado real de las instalaciones durante días o incluso semanas, si es que alguna vez logran obtener una evaluación precisa.
La misma profundidad que hace a Fordo tan difícil de atacar también complica enormemente su inspección y análisis.
Antes del conflicto, Irán aseguró haber construido una tercera planta de enriquecimiento ubicada en un “lugar invulnerable”, probablemente bajo una montaña, equipada con centrifugadoras modernas y operativa.
En cuanto a las reservas de uranio enriquecido, se sabe que Irán cuenta con alrededor de 400 kilos al 60% de pureza, cantidad que podría alcanzar el nivel necesario para armamento nuclear (90%) en cuestión de meses. Funcionarios estadounidenses reconocen que Irán pudo haber trasladado estas reservas antes de los ataques, dificultando su localización y control.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), encargado de verificar que Irán no desarrolle armas nucleares, enfrenta ahora serias restricciones. Desde el inicio de los bombardeos, los inspectores no han podido ingresar a las instalaciones ni realizar visitas sorpresa. Irán, además, discute una ley para suspender su cooperación con el organismo, lo que limitaría aún más la supervisión internacional.
El alto el fuego ha frenado, al menos temporalmente, la escalada bélica. Pero las tensiones siguen latentes y los objetivos de fondo no están resueltos. Israel advierte que responderá a cualquier provocación. Irán podría optar por frenar su programa… o acelerar su desarrollo nuclear como mecanismo de disuasión. En Washington y Tel Aviv crece el temor de que, tras comprobar la vulnerabilidad de sus defensas, Irán concluya que la única forma de protegerse es con armas nucleares.
Mientras tanto, la tregua ha reabierto otro frente: el de Gaza. Familiares de los rehenes israelíes exigen reanudar las negociaciones suspendidas, y Qatar anunció que en los próximos días se retomarán conversaciones indirectas entre Israel y Hamas.
Con información de AP, Reuters y The New York Times