Las reservas brutas del Banco Central (BCRA) escalaron US$646 millones hoy, al impactar sobre ellas -por los encajes ligados a los depósitos del Gobierno en dólares- los US$500 millones que aportaron los inversores que hace diez días compraron el Bonte 30 en pesos.
Treparon de los US$40.241 millones reportados a fin de la semana pasada hasta los US$40.887 millones, según el dato preliminar informado oficialmente para el día, con lo que alcanzaron de este modo un nuevo máximo nominal en la era Milei.
Claro que, básicamente, lo hicieron nuevamente gracias al ingreso de dólares prestados (en algunos casos, a inversores que reciben garantías, como opciones de descarga antes del fin de la actual administración o incluso títulos del BCRA) y, por lo tanto, por los que hay que pagar una tasa de interés.
Por caso, la garantía del último tramo del repo que pactó la entidad monetaria con siete bancos internacionales, uno de los que nutrió este aumento de sus reservas brutas, fue por el equivalente “al 165% del monto de total” del préstamo recibido.
“Por el repo de US$2000 millones debió emitir US$3350 millones de Bopreales, un porcentaje equivalente al emitido en enero, cuando recibiera los primeros US$1000 millones”, hizo notar por estos días el economista Amílcar Collante, director del Centro de Estudios del Sur (Cesur).
Pese al ingreso de divisas por colocación de deuda, la acumulación de reservas sigue alejada de las metas pactadas en el último y más reciente acuerdo con el FMI, un tema que seguramente estará en las charlas con la misión que desembarca mañana en el país para revisar su cumplimiento. Básicamente, porque no se trata de una recuperación genuina de esa tenencia.
Al respecto, la Fundación Mediterránea calculó que el último aporte del repo con bancos, que había llevado a la tenencia total del BCRA a dejar atrás los US$38.000 millones para pasar la frontera de los US$40.000 millones, “sólo US$500 millones fueron computables para la métrica de RIN del FMI” por las condiciones precisamente planteadas en dicho acuerdo. Con este criterio, las reservas netas siguen negativas en unos US$7300 millones.
“Desde la firma del acuerdo con el FMI, la trayectoria de las reservas brutas y netas del Central ha sido divergente. Las primeras ya superaron los US$40.000 millones, pero las netas registran todavía un rojo de US$7300 millones”, señalaron tras reconocer que el Gobierno logró recuperar centralidad política con la baja de la inflación, lo que le permitió temporalmente resignar el objetivo de acumular reservar y bajar riesgo país. Claro que ambos temas, hoy postergados, auguran, tenderán a ocupar el centro de la escena pública tras las elecciones.
Por lo pronto, la tenencia del BCRA, hoy nutrida en parte por los encajes de los depósitos oficiales, se verá afectada el 9 de julio, cuando el país deba honrar el pago de unos US$4400 millones a los bonistas, lo que le hará perder esos aportes.