Qué hace Putin frente a la guerra entre Irán e Israel: cautela, suspicacias y un mensaje para Trump

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MOSCÚ.- El Kremlin advirtió el miércoles que una eventual ayuda militar directa de Estados Unidos a Israel podría desestabilizar radicalmente la situación en Medio Oriente, donde desde hace seis días se libra una guerra aérea entre Irán e Israel.

El viceministro ruso de Asuntos Exteriores Serguéi Ryabkov señaló que la ayuda militar directa a Israel por parte de Estados Unidos, o incluso la consideración de tales “opciones especulativas”, sería “un paso que desestabilizaría radicalmente toda la situación”.

Participantes junto a una pantalla gigante que transmite el discurso del presidente ruso, Vladimir Putin, durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF), celebrado en San Petersburgo el 7 de junio de 2024OLGA MALTSEVA – AFP

En comentarios separados, el jefe del servicio de inteligencia exterior ruso SVR, Serguéi Naryshkin, fue citado diciendo que la situación entre Irán e Israel era ahora crítica.

El martes, una fuente cercana a las discusiones internas de Estados Unidos dijo que el presidente Donald Trump y su equipo estaban considerando una serie de opciones, incluyendo unirse a Israel en ataques contra sitios nucleares iraníes.

Trump sugirió abiertamente en las redes sociales la posibilidad matar al líder supremo de Irán, el ayatollah Ali Khamenei, pero dijo: “No vamos a eliminarlo (¡matarlo!), al menos por ahora».

Israel lanzó ataques aéreos el pasado viernes contra instalaciones nucleares, científicos y altos mandos militares iraníes en un ataque sorpresa que Rusia condenó como no provocado e ilegal.

El presidente de Rusia Vladimir Putin y su homólogo iraní Masud Pezeshkian se dan la mano en el KremlinEVGENIA NOVOZHENINA – POOL

Irán respondió con ataques con misiles y aviones no tripulados contra ciudades israelíes.

El presidente ruso, Vladimir Putin, que en enero firmó un tratado de asociación estratégica con Irán, pidió el cese de las hostilidades entre ambas partes.

Por el momento, a pesar de sus estrechos vínculos con Irán, Rusia se mantiene al margen ante los ataques de Israel. Los analistas afirman que el Kremlin está priorizando su propia guerra contra Ucrania, así como sus relaciones con las naciones del Golfo que no desean un Irán más fuerte.

Irán ayudó al Kremlin con drones, que necesitaba con urgencia, durante el primer año de su invasión a Ucrania, ayudó a Moscú a construir una fábrica crucial para fabricar drones en su territorio y firmó un nuevo tratado de asociación estratégica este año con el presidente Vladimir Putin, lo que presagia lazos más estrechos, incluso en defensa.

Sin embargo, cinco meses después de la firma de dicho tratado, el gobierno iraní se enfrenta a una grave amenaza a su poder por los ataques de Israel. Y Rusia, más allá de llamadas telefónicas y declaraciones condenatorias, no aparece por ningún lado.

Las instalaciones nucleares y energéticas iraníes han resultado dañadas, y muchos de los principales líderes militares del país han muerto, en una amplia ofensiva israelí que comenzó el viernes y se ha expandido desde entonces, sin indicios de que Moscú vaya a ayudar a Teherán. “Rusia, en lo que respecta a Irán, debe sopesar la posibilidad de un enfrentamiento con Israel y Estados Unidos, por lo que salvar a Irán obviamente no vale la pena”, declaró Nikita Smagin, experto en relaciones entre Rusia e Irán. “Para Rusia, esto es un hecho”.

Putin y Pezeshkian durante la ceremonia de firma del acuerdo en el KremlinEvgenia Novozhenina – Pool Reuters

La situación refleja un cálculo político desapasionado por parte de Moscú, que prioriza su propia guerra contra Ucrania, así como su necesidad de mantener relaciones cordiales con otros socios en Medio Oriente, que han ayudado a Moscú a sobrevivir a las sanciones económicas occidentales, según los analistas.

Putin, añaden los analistas, no quiere que Irán tenga armas nucleares y también quiere seguir mejorando las relaciones con el presidente Trump, quien ha instado a Irán a llegar a un acuerdo sobre su programa nuclear para poner fin a los ataques. Rusia también se está beneficiando del aumento de los precios del petróleo desde el inicio del ataque.

Los analistas afirman que es improbable que Putin se involucre militarmente en el conflicto o que arme a Teherán de forma demasiado agresiva. En parte, esta cautela surge del temor a distanciarse de los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, dos socios cada vez más importantes para Moscú que no verían con buenos ojos un Irán más poderoso. Pero también se debe a que sus fuerzas ya están concentradas en Ucrania.

Por lo tanto, Moscú se está posicionando para ser relevante en las conversaciones para poner fin a los combates.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, asisten a una ceremonia para inaugurar un monumento conmemorativo de los ciudadanos y defensores de Leningrado bajo asedio durante la Segunda Guerra Mundial en Jerusalén, IsraelReuters

Esto marca un cambio con respecto a cómo respondió Rusia hace una década, cuando otro socio regional se enfrentó a una grave amenaza. En Siria, el Kremlin organizó una intervención militar para apuntalar el régimen del presidente Bashar al-Assad. El esfuerzo finalmente fracasó en diciembre, cuando el gobierno de al-Assad se derrumbó. Medio año después, Moscú se enfrenta a una posible nueva erosión de su influencia regional.

“La verdadera cuestión para Moscú es cuánto puede permitirse enviar a los iraníes en este momento en cuanto a equipo militar, dadas las exigencias del conflicto contra Ucrania”, declaró Thomas Graham, miembro distinguido del Consejo de Relaciones Exteriores.

En llamadas con Trump, Putin se ha ofrecido a ayudar en las negociaciones con Irán, posiblemente en parte para convencer a Washington de que normalizar las relaciones con Rusia conlleva otros beneficios, incluso si Putin no accede a las exigencias de la Casa Blanca de poner fin a la guerra contra Ucrania.

Putin llamó a los líderes de Irán e Israel tras el inicio de los ataques e informó a Trump sobre el contenido de dichas conversaciones, según el Kremlin.

En los últimos días, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso señaló que Estados Unidos estaba dispuesto a continuar las conversaciones con Irán sobre el programa nuclear, insinuando que Teherán debería considerar volver a la mesa de negociaciones. Rusia también se ha ofrecido a aceptar el uranio altamente enriquecido de Irán.

“Existe el deseo de restablecer esta relación y presentarse ante los estadounidenses como interlocutor en todos los asuntos globales, incluido el expediente nuclear iraní, sin abordar realmente el tema de Ucrania con ningún tipo de sustancia”, declaró Hanna Notte, directora del programa de Eurasia del Centro James Martin para Estudios de No Proliferación en Monterey, California.

El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, se reúne con el presidente ruso, Vladímir Putin, en el Palacio Real Al Yamamah– – Kremlin

Pero Putin corre el riesgo de distanciarse de los iraníes, quienes desde hace tiempo desconfían de Moscú y temen que el Kremlin pueda llegar a un acuerdo con la Casa Blanca y “dejar en evidencia a Teherán”, añadió Notte.

En cualquier caso, las negociaciones podrían estar aún lejos, a pesar de la oferta del Kremlin de facilitarlas.

Rusia mantiene desde hace tiempo una sólida relación con Irán, y el año pasado se convirtió en el mayor inversor extranjero del país. Ha suministrado armas a Irán durante años, pero no ha proporcionado el arsenal completo que Teherán desea.

Hasta hace poco, Putin cultivaba relaciones amistosas con Israel, lo que dificultaba el suministro de armas sofisticadas a Irán. También forjó vínculos más estrechos con los países del Golfo que se oponen a que Teherán acumule un mayor poderío militar.

“Irán ha estado pidiendo armas a Rusia durante los últimos años”, declaró Smagin. “Ha pedido aviones, ha pedido sistemas de defensa aérea. Rusia no ha aportado prácticamente nada”.

Ahora, Irán lucha por defenderse. “En general, esto, por supuesto, conlleva un debilitamiento de la posición de Rusia en Medio Oriente”, afirmó Smagin. “Es indudable”.

Agencias Reuters, ANSA y diario The New York Times