Un nuevo intento por desafiar el bloqueo marítimo en la Franja de Gaza capturó la atención internacional, no solo por la misión humanitaria declarada, sino también por la presencia de figuras reconocidas a bordo. La travesía, que buscaba visibilizar la crisis en el enclave palestino, terminó con una intervención militar que reavivó el debate sobre las restricciones en la zona.
La activista climática sueca, Greta Thunberg, fue detenida junto a otros tripulantes después de que fuerzas navales israelíes abordaran y tomaran el control del yate Madleen. La embarcación, de bandera británica y operada por la coalición propalestina Flotilla de la Libertad (FFC, por sus siglas en inglés), intentaba romper el bloqueo naval de la Franja de Gaza para entregar una cantidad simbólica de ayuda y sensibilizar sobre la crisis humanitaria.
Greta Thunberg denunció que el barco fue interceptado en aguas internacionales y que la tripulación se encontraba “secuestrada” por fuerzas israelíes. Rima Hassan, diputada francesa del Parlamento Europeo también a bordo, publicó en X que la tripulación había sido “detenida por el ejército israelí en aguas internacionales en torno a las 2 de la madrugada”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí confirmó que el barco se encontraba bajo su control y fue desviado a costas israelíes, previendo la repatriación de los pasajeros. “La diminuta cantidad de ayuda en el yate que no fue consumida por las ‘celebridades’ será transferida a Gaza por los canales humanitarios reales”, informaron.
El Ministerio de Exteriores israelí calificó la acción como un “yate de selfies” de “celebridades” y una “provocación mediática”. En sus redes sociales, publicó fotos y videos de los activistas con chalecos salvavidas recibiendo comida y agua, incluyendo una imagen de Thunberg sonriendo mientras un soldado le ofrecía un sándwich. “Se les dio sándwiches y agua. El espectáculo ha terminado”, comunicó el ministerio.
El Madleen zarpó de Italia el 1° de junio con el objetivo de “romper el bloque israelí” en Gaza, según la FFC. La organización sostiene que el bloqueo marítimo “es ilegal” y que la embarcación, civil y desarmada, transportaba ayuda humanitaria simbólica, incluyendo arroz y fórmula para bebés.
No es el primer intento de la Flotilla de la Libertad de llegar a Gaza. El mes pasado, otro de sus barcos fue dañado por drones en un ataque que el grupo atribuyó a Israel. En 2010, un incidente similar con el barco turco Mavi Marmara resultó en la muerte de 10 activistas a manos de tropas israelíes.
Horas antes del abordaje, el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, había advertido que no permitirían que nadie rompiera el bloqueo naval, argumentando que su propósito es “prevenir la transferencia de armas a Hamás”.
La situación generó movimientos diplomáticos. El Ministerio de Exteriores sueco informó estar en contacto con las autoridades de Israel para brindar apoyo consular a Thunberg. “En caso de que se necesite apoyo consular, la Embajada y el Ministerio de Asuntos Exteriores estudiarán la manera en que mejor se pueda ayudar a la ciudadana sueca Greta Thunberg a resolver su situación”, señaló.
La oficina del presidente francés, Emmanuel Macron, solicitó la liberación de los ciudadanos franceses a bordo. Los ministerios de Asuntos Exteriores de Francia y España también pidieron protección consular para sus nacionales.
La relatora especial de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos en los territorios palestinos, Francesca Albanese, había expresado su apoyo a la operación de la FFC. “Puede que el viaje de Madleen haya terminado, pero la misión no ha terminado. Todos los puertos del Mediterráneo deben enviar barcos con ayuda y solidaridad a Gaza”, escribió en la red social X.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.
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