La motosierra no pasó únicamente a nivel nacional. Aunque en 2024 los ingresos de las provincias cayeron en términos reales, en un contexto de caída de la actividad económica, hubo gobernadores que hicieron un mayor ajuste del gasto y eso les permitió que las cuentas estatales les dieran positivas.
Las provincias registraron el año pasado un superávit primario del 0,4% del PBI, mientras que el excedente fiscal (después del pago de intereses de deuda) fue del 0,1%. Estas cifras representaron una mejora versus 2023, cuando alcanzaron un superávit primario del 0,1% del PBI y un déficit fiscal del 0,3%, de acuerdo con un relevamiento que hizo la consultora económica MAP.
“Si bien históricamente los gobiernos subnacionales han mostrado una posición fiscal más sólida que Nación, la mejora en su resultado no era evidente en un contexto de fuerte contracción de la actividad económica local”, explicaron.
En números, los ingresos de los gobernadores cayeron en promedio 14% interanual real en 2024 (equivalente al 1,5% del PBI), una baja que se debió principalmente al desplome de las transferencias nacionales no automáticas (-66%). Los recursos tributarios también cayeron, un 10% los de origen nacional y 8% los provinciales.
“Mientras tanto, el gasto se redujo 16% en términos reales (2% del PIB). Todas las partidas del gasto provincial registraron caídas reales, lideradas por la obra pública (-33%). Los salarios se redujeron 16%, las jubilaciones 13% y las transferencias corrientes (principalmente subsidios y programas sociales) 19%”, agregó MAP. El dato gana relevancia en un año electoral, sobre todo al tener en cuenta que muchos distritos enfrentan la tensión de sostener el equilibrio fiscal y aumentar el gasto, en particular en obra pública.
De los 22 gobiernos subnacionales que reportaron información (a pesar de estar a mitad de año, La Pampa y Santiago del Estero siguen sin publicar los datos), 19 mejoraron sus resultados fiscales en 2024: cinco provincias redujeron su déficit, seis se convirtieron en superavitarias y ocho reforzaron su resultado positivo
Solo tres jurisdicciones mostraron un deterioro en las cuentas fiscales con respecto a 2023. La Ciudad de Buenos Aires y Chubut redujeron su superávit, mientras que Chaco profundizó el déficit fiscal. Además, en todas las provincias, con la excepción de Córdoba y Santa Fe, el recorte en obra pública fue más profundo que la reducción del gasto corriente.
Sin embargo, desde la consultora económica explicaron que para evaluar la salud fiscal de las provincias se tienen que analizar múltiples factores, entre los que se incluyen variables como el peso de la obra pública en el gasto total, el grado de autonomía financiera (medida como el peso de los ingresos propios en el total), la carga de la deuda de intereses y el resultado fiscal (como porcentaje de los ingresos totales).
A partir de todos estos indicadores, MAP elaboró el ranking de salud fiscal provincial, que fue liderado por San Luis, gobernada por Claudio Poggi. “Se destaca por la elevada participación del gasto de capital dentro de su presupuesto total y por registrar el mayor superávit fiscal en relación con sus ingresos, sin registrar endeudamiento alguno. Como contrapartida, presenta una fuerte dependencia de las transferencias automáticas de origen nacional, lo que podría representar una fuente de vulnerabilidad ante una eventual —aunque aún lejana— reforma del régimen de coparticipación“, explicaron.
El segundo lugar en el podio fue para la Ciudad de Buenos Aires, liderada por Jorge Macri. En este caso, aunque el resultado fiscal se deterioró con respecto al año anterior, se mantuvo el “sólido historial de disciplina fiscal” y ostenta el mayor nivel de autonomía de ingresos entre los gobiernos subnacionales. Desde agosto de 2024, a su vez, comenzó a recibir transferencias no automáticas por parte del gobierno nacional en cumplimiento del fallo de la Corte Suprema, las cuales continuarán de forma regular durante 2025.
El tercero de la lista fue Mendoza, provincia gobernada por Alfredo Cornejo. Esto se debió a que presentó un desempeño fiscal sólido, y obtuvo cinco años consecutivos de superávit. No obstante, tuvo un nivel de apalancamiento algo más elevado que otras jurisdicciones, lo que incrementó su carga por intereses.
El cuarto puesto del ranking fue para Córdoba, liderada por Martín Llaryora. Mantuvo una alta proporción del gasto de capital y, aun así, conservó un buen ratio de resultado financiero sobre ingresos. “Aunque su nivel de endeudamiento no representa un riesgo inmediato, supera el promedio provincial, lo que se refleja en una mayor carga de intereses dentro del gasto total”, agregó MAP.
De la mano contraria, Entre Ríos es la provincia que tiene los indicadores de salud fiscal menos favorables, seguida por Chaco, Río Negro, Buenos Aires, Tierra del Fuego, La Rioja, Salta, Catamarca y Misiones.