Pasadas las 11.30 de la mañana de este viernes, los contratos de dólar futuro en la Argentina dieron un giro y comenzaron a subir nuevamente, revirtiendo la baja inicial que se había observado en las primeras horas de la rueda. La tensión en la curva de corto plazo vuelve a escalar, en un contexto de expectativas sobre cambios en el esquema cambiario.
A las 10.30, los precios mostraban una leve corrección bajista. El contrato DLR/MAY25, que refleja las expectativas del mercado para fines del mes próximo, se negociaba a $1229, mientras que el más operado, DLR/MAY25A, se ubicaba en $1225, con una baja diaria de hasta $6,5. Pero con el correr de la mañana, la tendencia se dio vuelta.
Una hora más tarde, ese mismo contrato DLR/MAY25A pasó a cotizar a $1235, con una suba de $3,5 (+0,28%), mientras que el DLR/MAY25 trepó a $1234, con una variación positiva de $2,5 (+0,20%). Ambos muestran un nuevo impulso que confirma que la calma fue apenas transitoria. La presión volvió, y con fuerza.
Algo similar ocurre con el contrato de junio, que ahora cotiza a $1258, $8 por encima del valor de apertura. Julio sube a $1285, y agosto también marca un alza: $1306. Más allá, septiembre se mantiene en niveles elevados, aunque con alguna toma de ganancias, cayendo a $1333 desde los $1344,5 de ajuste anterior.
En el extremo de la curva, diciembre 2025 recupera terreno y vuelve a operar en $1460, sin cambios respecto de la marca anterior, pero consolidando ese nivel como piso en la expectativa de largo plazo.
El giro de esta mañana se da tras la fuerte suba del jueves, cuando los contratos de dólar futuro registraron un rally de entre $20 y $40 en pocas horas, especialmente en los vencimientos de abril, mayo y junio. Aquel salto estuvo asociado a las versiones de un eventual cambio en el régimen cambiario y al accionar del Banco Central, que siguió vendiendo divisas en el mercado oficial.
Este jueves, la entidad volvió a intervenir, aunque sin frenar del todo la presión. En las mesas se especula con que el BCRA estaría vendiendo contratos para contener las expectativas.
Mientras tanto, el Gobierno mantiene públicamente la pauta de devaluación controlada, con un crawling peg de 1% mensual, pero las versiones sobre un eventual régimen de bandas vuelven a tomar cuerpo. Una transición de ese estilo permitiría más flexibilidad sin abandonar del todo el control sobre el tipo de cambio oficial.
En este contexto, el mercado de futuros se convirtió en un verdadero termómetro.
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