La imagen de la británica Francesca Jones conmocionó al mundo del tenis cuando se desplomó en pleno partido frente a al argentina Julia Riera en el WTA 250 de Bogotá en el Club Los Lagartos y abandonó el partido en silla de ruedas tras recibir asistencia médica.
La argentina y la británica jugaban un partido de dientes apretados y de resultado abierto tras el 6-2 con el que la argentina se llevó el primer set y el 7-5 con el que la europea igualó las acciones en el segundo. Ganaba Riera 5-3, cuando Jones se disponía a tomar su servicio y comenzó a mostrarse visiblemente mareada.
La británica dio dos pasos y cayó desplomada sobre la línea de saque. Ni bien cayó al suelo, la argentina Julia Riera salió corriendo visiblemente para ayudar a su rival.
Afortunadamente, el cuerpo médico que se encontraba en el Club Los Lagartos de Bogotá actuó rápidamente para reanimar a la tenista que, unos minutos más tarde, fue retirada en silla de ruedas.
La argentina tuvo un gran gesto ya que, no sólo corrió rápido a socorrer a su rival, sino que ayudó a los médicos a subir a Jones a la silla de ruedas en la que abandonó el campo.
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La británica Francesca Jones se desplomó en pleno partido
«Debido a un problema físico, Francesca Jones se ha retirado de su partido contra Julia Riera con marcador de 6-2, 5-7, 5-3 a favor de la argentina. Deseamos una pronta recuperación a la tenista británica», fue el comunicado de la organización del certamen.
Jones, 129 del mundo, nació con displasia ectodérmica por electrodactilia, un raro síndrome que, según le dijeron los médicos, le impedirían ser jugadora profesional. Pero a sus 20 años, está dispuesta a que sea su juego y no su enfermedad la que la defina y hace unas semanas logró superar la qualy del primer Grand Slam de la temporada, que se disputó en Dubai.
«Tengo grandes objetivos por lograr y quiero cambiar la perspectiva de la gente. El tenis me ha ayudado a mí y a mis objetivos y también me ha ayudado a ser quien soy sobre la cancha y espero que lo siga haciendo», contó en en un un reportaje para la ITF.
Y agregó: “Mi síndrome es muy raro. Es complicado porque hay numerosos síntomas. Los médicos me dijeron que no podría jugar al tenis. Y mi reacción fue: ‘Ya que dijeron eso, voy a demostrales que están equivocados’. Digamos que mi cuerpo no está previsto para ser el de una atleta, pero para mí eso no quiere decir que no pueda llegar a serlo. Hasta un Rolls Royce se construye de la nada».
Nació en Leeds y luego vivió en Oxenhope, dos ciudades del condado de West Yorkshire, al norte de Inglaterra. Pero a los diez años se instaló en Barcelona para entrenar en la academia de Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal. Allí se formó como jugadora, conoció a su actual entrenador, Andreu Giulera, y también se hizo fanática del Barça y de Lionel Messi.