Mejoró en diciembre la utilización de la capacidad instalada en la industria

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En diciembre de 2024, la utilización de la capacidad instalada en la industria fue de 56,7%, lo que significó que por primera vez en el año se lograra una cifra superior a la de igual mes de 2023, cuando esa cifra había sido de 54,9%. Los analistas estiman que esta tendencia podría mantenerse en los próximos meses.

El dato fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en cuyo informe se destaca que la principal incidencia positiva se observa en los productos alimenticios y bebidas, que muestran un nivel de utilización de la capacidad instalada de 65,9% frente al 57,4% de igual mes de 2023, debido principalmente a una mayor molienda de oleaginosas.

Más allá de ese dato puntual, la realidad de los sectores que integran la industria fue muy heterogénea en el último mes del año pasado, algo que se correlaciona con lo que viene registrando el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) y el propio índice de producción industrial manufacturero (IPIM), que también publicó el Indec.

De esta manera, los bloques que presentan niveles de utilización de la capacidad instalada superiores al nivel general son refinación del petróleo (83,4%), productos alimenticios y bebidas (65,9%), sustancias y productos químicos (64,0%), y papel y cartón (57,7%). Entre los que se ubican por debajo del promedio están industrias metálicas básicas (52,4%), productos minerales no metálicos (50,9%), edición e impresión (48,1%), metalmecánica excepto automotores (45,7%), industria automotriz (44,2%), productos textiles (43,1%), productos de caucho y plástico (42,0%) y productos del tabaco (37,2%).

El economista Gabriel Caamaño, director de la consultora Outlier, comentó que esta mejora en el uso de la capacidad instalada es el resultado de la recuperación que fue mostrando el Índice de producción industrial. “Es lógico, ya que el IPIM dio 8,5% de crecimiento interanual en diciembre. Es un dato positivo.

Además, Caamaño opinó que de ahora en más la comparación se hará con meses “más flacos”, por lo que habrá una “seguidilla más larga de subas”. Y agregó: “Todas las variaciones interanuales van a ser positivas y crecientes en el primer semestre de 2025. Salvo que se produzca una catástrofe, cosa que no veo”.

Por su parte, el economista Eugenio Marí, de la Fundación Libertad y Progreso, señaló que desde marzo de 2024 el uso de la capacidad instalada en la industria quebró su tendencia bajista y empezó a crecer. “Ya en el último trimestre de 2024 prácticamente convergió a los niveles que tenía a finales de 2023, aunque la diferencia es que ahora la tendencia es a la recuperación y en ese momento era a la baja”, analizó.

Según Marí, esto se puede ver desde lo macro y desde lo micro. “En lo macro, el indicador de uso de capacidad instalada sigue de cerca a la actividad económica, por lo que viene replicando bastante de cerca los movimientos del EMAE, que tuvo su piso en abril y a partir de ese mes empezó a recuperarse. En lo micro, la mejora en la demanda interna empieza a generalizarse, lo que ayuda a que la recuperación de los sectores industriales se vaya contagiando”, indicó el economista.

Marí también remarcó que todavía existen fuertes heterogeneidades, ya que, por ejemplo, la industria textil está en 43%, mientras que en el otro extremo –y tal como se mencionó antes– refinación de petróleo llega a 83%. “Sin embargo, a medida que la economía consolide su crecimiento estas discrepancias irán desapareciendo”, estimó el economista.

Si bien el dato de diciembre pasado puede tomarse como positivo, se debe tener en cuenta, de todos modos, que todavía queda terreno por recorrer para alcanzar niveles óptimos de uso de la capacidad instalada. En este sentido, en la consultora Abeceb señalaron que diciembre de 2023 representa una muy baja base de comparación.

Según se analizó desde Abeceb, en ese último mes de 2023 la industria se paralizó ante el cambio de gobierno y la devaluación. “La industria en aquel entonces cayó 12,9% i.a. y 5,8% mensual –hay que irse a los peores meses de la pandemia para encontrar una caída mensual más alta–. También es cierto que la parálisis se dio luego de un período previo de fuerte stockeo ante las expectativas de devaluación”, se explicó.

Para poner en contexto el pasado reciente de la actividad, desde Abeceb se analizó que 2024 fue un año desafiante para la industria manufacturera: cerró con una caída del -9,4% anual y registró el nivel más bajo desde la pandemia (2020), e incluso por debajo de 2019 (-0,8% anual). “La caída generalizada en el consumo, la apertura de importaciones y la creciente apreciación cambiaria explican el gran deterioro de la actividad”, se añadió.

Más allá de ello, en esta consultora se destacó que la actividad reaccionó con más rebote del esperado. “La recuperación del salario real y la recuperación del crédito al sector privado hacia fines del año generaron un repunte rápido del consumo, registrando subas en las ventas de bienes durables como autos y motos”, se detalló.

De cara a 2025, en tanto, Abeceb espera que la recuperación sea heterogénea. “El crecimiento de la actividad y el consumo interno impactará de manera limitada en la producción, que estará desafiada por la mayor oferta de productos importados a precios más competitivos. La heterogeneidad será intersector e intrasector. Aquellos que hayan experimentado una capitalización y transformación productiva reciente estarán mejor preparados para competir en un mercado interno que atraviesa cambios estructurales”, se concluyó.

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