BEIRUT.- Como comandante de la franquicia de Al-Qaeda en la guerra civil siria, Abu Mohammed al-Golani era una figura oscura que se mantuvo alejada de la atención pública, incluso cuando su grupo se convirtió en la facción más poderosa que lucha contra el presidente Bashar al-Assad.
Hoy, es el insurgente más reconocido de Siria y ganó protagonismo gradualmente desde que rompió vínculos con Al-Qaeda en 2016, soltó el nombre de Frente al-Nusra y rebautizó su grupo y emergió como gobernante de facto del noroeste de Siria en manos de los rebeldes.
Ahora, al-Golani, de 42 años, busca aprovechar el momento, liderando a sus combatientes del Hayat Tahrir al-Sham (HTS) en una sorprendente ofensiva que les ha dado el control de la ciudad más grande de Siria, reavivando la larga guerra civil del país y planteando nuevas preguntas sobre el poder de Bashar al-Assad.
Mientras los rebeldes entraban en Alepo, la ciudad más grande de Siria antes de la guerra, un video mostró a Al-Golani con uniforme militar dando órdenes por teléfono, recordando a los combatientes las directivas para proteger a la gente y prohibiéndoles entrar en las casas.
Este jueves, después de reivindicar la simbólica toma de Hama, Al-Golani dijo que no habrá “venganza” en esa ciudad siria, escenario de una sangrienta masacre perpetrada por fuerzas gubernamentales en 1982.
“Pido a Dios Todopoderoso que sea una conquista sin venganza”, afirmó en un mensaje de video en Telegram, tras anunciar que los combatientes habían entrado en Hama “para limpiar la herida que dura desde hace 40 años en Siria”.
El miércoles había visitado Alepo, acompañado por un combatiente que ondeaba una bandera de la revolución siria, que alguna vez fue rechazada por Al-Nusra como un símbolo de apostasía, pero que recientemente fue adoptada por Al-Golani, un guiño a la oposición más convencional de Siria, según mostró otro video.
“Al-Golani fue más inteligente que Al-Assad. Se reestructuró, se remodeló, hizo nuevos aliados y lanzó su ofensiva de encanto” hacia las minorías, dijo Joshua Landis, un experto en Siria y director del Centro de Estudios de Oriente Medio de la Universidad de Oklahoma.
Al-Golani tiene un largo historial de pases entre organizaciones extremistas mientras eliminaba competidores y antiguos aliados. En ese camino, se distanció de Al-Qaeda y buscó limpiar su imagen, vendiendo un “gobierno de salvación” de facto de su grupo extremista en un intento de ganarse a los gobiernos internacionales y a las minorías religiosas y étnicas del país.
Hacía años que las fuerzas de la oposición siria, asentadas en el noroeste del país, no lograban ningún progreso militar importante contra Al-Assad. El gobierno de Damasco, respaldado por Irán y Rusia, mantenía su control sobre aproximadamente el 70% del territorio en un estancamiento que había dejado a Al-Golani y su grupo jihadista Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, fuera del foco de atención.
Pero el avance de los rebeldes sobre Alepo y localidades cercanas, junto a una coalición de grupos armados respaldados por Turquía llamada Ejército Nacional Sirio, sacudió la tensa calma e hizo que los vecinos del país devastado por la guerra -Jordania, Irak y Líbano- se preocupen por una posible expansión del conflicto.
La relación entre Al-Golani y Al-Qaeda se remonta a 2003, cuando se unió a los extremistas que combatían a las tropas estadounidenses en Irak. Nacido en Siria, fue detenido varias veces por el ejército de Estados Unidos, pero permaneció en Irak. Durante ese tiempo, Al-Qaeda se expandió a grupos afines y formó el extremista Estado Islámico de Irak, liderado por Abu Bakr al-Baghdadi, años después conocido como ISIS.
En 2011, un levantamiento popular contra Al-Assad en Siria desencadenó una brutal represión gubernamental y llevó a una guerra total. La importancia de Al-Golani creció cuando Al-Baghdadi lo envió a Siria para establecer una filial de Al-Qaeda llamada Frente al-Nusra.
A medida que la guerra civil siria se intensificaba en 2013, también lo hacían las ambiciones de Al-Golani. Desafió los llamados de Al-Baghdadi para disolver el Frente Nusra y fusionarlo con la organización de Al-Qaeda en Irak, para formar el Estado Islámico de Irak y Siria, o ISIS.
Estados Unidos designó a Al-Golani como terrorista en 2013, diciendo que Al-Qaeda en Irak le había encomendado derrocar el régimen de Al-Assad y establecer la ley islámica en Siria, y que Al-Nusra había llevado a cabo ataques suicidas que mataron a civiles y defendía una visión sectaria violenta.
No obstante, Al-Golani juró lealtad a Al-Qaeda, que más tarde se desvinculó de ISIS. El Frente al-Nusra combatió contra ISIS y eliminó a gran parte de su competencia entre la oposición armada siria a Al-Assad.
En su primera entrevista en 2014, Al-Golani mantuvo su rostro cubierto y le dijo a un reportero de la cadena qatarí Al-Jazeera que rechazaba las conversaciones políticas en Ginebra para poner fin al conflicto. Apuntó que su objetivo era ver a Siria gobernada por la ley islámica y dejó claro que no había espacio para las minorías alauita, chiíta, drusa y cristiana del país.
En 2016, Al-Golani mostró su rostro al público por primera vez en un mensaje en video en el que anunció que su grupo pasaba a llamarse Jabhat Fateh al-Sham y cortaba sus lazos con Al-Qaeda.
“Esta nueva organización no tiene afiliación con ninguna entidad externa”, dijo en la grabación, en la que aparece vestido con ropa militar y un turbante.
Este paso allanó el camino para que Al-Golani asumiera el control total sobre grupos insurgentes fracturados. Un año después, su alianza se rebautizó como HTS a medida que las milicias se fusionaban, consolidando el poder de su líder en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria.
Más tarde, HTS chocó con militantes islamistas independientes que se oponían a la fusión, reforzando aún más a Al-Golani y a su grupo como la principal potencia en su zona, capaz de gobernar con mano de hierro.
Con su poder consolidado, Al-Golani puso en marcha una transformación que pocos podrían haber imaginado. Sustituyendo su ropa militar por camisas y pantalones, comenzó a abogar por la tolerancia religiosa y el pluralismo. Hizo un llamado a la comunidad drusa en Idlib, a la que el Frente al-Nusra había atacado previamente, y visitó a las familias de los kurdos que fueron asesinados por milicias apoyadas por Turquía.
En 2021, Al-Golani concedió su primera entrevista a un periodista estadounidense en PBS. Vestido con una blazer y con el cabello corto peinado hacia atrás, el ahora comedido líder de HTS dijo que su grupo no representaba ninguna amenaza para Occidente y que las sanciones impuestas contra él eran injustas.
“Sí, hemos criticado las políticas occidentales”, afirmó. “Pero librar una guerra contra Estados Unidos o Europa desde Siria, eso no es cierto. No dijimos que queríamos luchar”.
Aron Lund, miembro del think-tank Century International, dijo que Golani y HTS habían cambiado claramente, aunque observó que seguían siendo “bastante intransigentes”. “Es una cuestión de relaciones públicas, pero el hecho de que se dediquen a esta iniciativa demuestra que ya no son tan rígidos como antes. La Al-Qaeda de la vieja escuela o Estado Islámico nunca habrían hecho eso”, dijo.
Agencias AP, Reuters y ANSA